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El toro de Porriño. |
Igual que este astado tozudo e ilusionado, los ciudadanos tenemos la oportunidad de demostrar que la política nos pertenece. Ahora tenemos una opción para demostrar nuestra fuerza de voluntad y capacidad de decidir. Cuando vayamos a votar, sólo tenemos que acordarnos del romanticismo del toro de Porriño y saber escoger aquello que realmente nos representa. Ánimo y fuerza a todos los magentas del mundo, a los ciudadanos libres e independientes, sin etiquetas en las orejas y con coraje para saltar la valla y tomar el campo como patria. Un toro nos ha demostrado que querer es poder. ¿Acaso aquellos que hemos nacido en libertad somos menos que un toro?
La voluntad no es otra cosa que la capacidad que tiene el ser humano para decidir y ordenar la propia conducta de manera intencionada. Dijo Albert Einstein que hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad. Sólo la muerte es capaz de arrebatar a un hombre vivo la voluntad.
No es casual que al toro de Porriño le hayan rebautizado como Santiago, nombre de apóstol rebelde, libertario y viajero. Por su carácter vehemente e impetuoso, al apóstol Santiago, al patrón de los gallegos y los españoles, se le identificó como el Hijo del Trueno, y su destino fue sentarse junto a Jesucristo en los cielos. La gloria, pues, es para aquellos que obran al dictado de la moral y la conciencia.
Si un toro, privado de libre albedrío, sin capacidad para poder elegir y tomar sus propias decisiones, ha sido capaz de salvar su vida y conquistar su libertad, ¿acaso no vamos a ser capaces los ciudadanos de liberarnos de la tiranía de la partitocracia que nos impone PP y PSOE blindados con una injusta Ley Electoral?
¿No vamos a ser capaces de apoyar en Elda a un partido que impondrá cordura a los disparates de las mayorías absolutas para gobernar con honradez y transparencia de una vez por todas? Saltar la valla de la libertad es posible. Estoy seguro que al toro Santiago no le hicieron falta ni la mitad de números que a nosotros para llegar a la conclusión de que era posible salvar el pescuezo para convertirse en un liberto.
No nos conformamos con la Pax Romana del actual sistema, la falsa concordia que se impone al vencido por la fuerza o a aquel sometido a las leyes injustas, como muchas de las que tenemos en España o de las actuaciones que sufrimos en Elda.
Si atendemos al hecho de que el PP obtiene de promedio cerca de 11.000 votos en unas elecciones locales normales (en las últimas obtuvo cerca de 13.000), que otros 1.600 de sus votantes naturales se decantaron por un partido independiente y que el PSOE perdió 2.000 votos, la suma arroja, a grosso modo, cerca de 5.000 votantes que no se sabe ni qué quieren, ni dónde están, ni qué harán en estas próximas elecciones. Es esta masa pensante, que razona su voto, la que tiene la llave del Ayuntamiento eldense. ¿A 5.000 ciudadanos libres y a los que se pueden unir se les puede silenciar?
Las legiones romanas estaban compuestas por 4.200 hombres de guerra, soldados de infantería pesada. Cuando caminaban temblaba el suelo a su paso. A una legión de ciudadanos eldenses librepensadores, que están hartos de sufrir las malas formas de este equipo de gobierno y su cuestionable gestión; así como la falta de capacidad del principal partido de la oposición, no nos pueden ni confundir, ni engañar.
No nos pueden distraer con los fuegos de artificios de una gestión de pinta y colorea que está dejando al Ayuntamiento al borde de la bancarrota, de la política de canapés y empanadillas para todos pagadas a costa de nuestros bolsillos vacíos, de medios de comunicación públicos instrumentalizados, de los excesos de la Reina de Corazones y su frase favorita, de una oposición taimada y temerosa porque no quiere perder sus privilegios salariales. Todos se quejan, pero todos están cómodos. Por consiguiente, en el reparto del pastel institucional están todos de acuerdo.
Elda y sus ciudadanos no nos merecemos esto. No nos merecemos a un equipo de gobierno que lo primero que hizo cuando llegó al poder fue incrementar sueldos y cargos de confianza, que no se preocupa de mantener adecuadamente nuestros barrios, que cuando tenemos 8.600 parados no toma cartas en el asunto y sólo sabe responsabilizar al Gobierno de España, que esconde los carteles de las obras del Estado porque no quieren que conozcamos la incapacidad de su gestión o que se dedica a cambiar los símbolos de nuestro pueblo y pintarlo todo de azul gaviota en lugar de solucionar nuestros problemas. Tomemos ejemplo del toro Santiago y saltemos de una vez la valla. La libertad está del otro lado y hay alternativa.
César González,
Candidato a la Alcaldía por UPyD.
Candidato a la Alcaldía por UPyD.
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