El Ayuntamiento de Elda necesita una reforma que implique una definición de su organización y sus competencias. La política municipal actual debe evolucionar desde su estructura de un alcalde o alcaldesa, hacia la articulación en torno a una administración fuerte, con políticas transparentes, eficientes y eficaces.
La liquidación de los presupuestos de 2009, últimos presentados por el Ayuntamiento, arrojó un déficit de más de cuatro millones de euros, debido en parte, a que se ha disparado el gasto público y en particular merced a la sueldos que perciben cargos políticos y personal de confianza, todo ello empeorado con una gestión opaca y derrochadora, debido a la falta de previsión y contención del gasto. Esto ha provocado que uno de los problemas más acuciantes sea la precariedad financiera que amenaza con quebrar el sistema actual.
Es por ello, que es necesario dotar de mayores recursos financieros a los Ayuntamientos, y estos deben proceder, no sólo de la administración central o de los impuestos y tasas municipales, sino también de los que actualmente tienen las Comunidades Autónomas.
Y además, no debemos olvidar la cuestionable gestión del Ayuntamiento de Elda, que ha provocado que se utilice como principal fuente de financiación, durante la época de bonanza inmobiliaria, la derivada de las actividades urbanísticas para cubrir el gasto corriente.
A todo ello hay que sumar, la cantidad de instituciones, organismos, empresas, asociaciones y fundaciones que realizan servicios o funciones públicas u operan con capital público, que constituye un entramado opaco del que resulta imposible averiguar sus funciones para valorar su necesidad.
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