Pepinoni y Jamón, dos personajes de un sketch de La hora chanante nos deleitaban cantando "siempre es verano con el pepino en la mano". Ambos demuestran hasta que punto la presencia de esta hortaliza es importante en las mesas en la época estival. Ni hay ni verano sin pepinos, ni instituciones que en democracia puedan existir sin la credibilidad y confianza que le otorgan aquellos a los que representan.
La bacteria E. Coli ha arruinado la temporada a los agricultores de Almería. A los ciudadanos, según el CIS, la pandemia de la corrupción nos ha minado la credibilidad y confianza en la clase política. Que exista una crisis del pepino, también ha de interpretarse como parábola de la crisis que padecen las instituciones en España.
Que el eurodiputado de UPyD Francisco Sosa Wagner interviniera en la Eurocámara empuñando un pepino en defensa del honor de los agricultores españoles, igualmente representa la voluntad de nuestro partido para que los ciudadanos recuperen la credibilidad en las instituciones y la clase política.
Como apuntó Sosa Wagner en su intervención, para recuperar la confianza en el sistema, merecemos una reparación, no ya económica como la que se pide para los agricultores almerienses, sino de profundo calado político, como las que promueve UPyD. Queremos tomar un profundo trago de gazpacho, repleto de pepino, y que los brotes de soja asuman de una vez por todas que son los culpables de la situación que padecemos. Hay que tomar pepino para convencerse de que es sanísimo, y hay que hacer más política para volver a creer en la política.
Al igual que hace la empecinada ministra de Sanidad Cornelia Prüfer-Storcks negándose a pedir perdón a nuestras hortalizas, las propuestas de nuestra formación se estrellan una y otra vez contra el muro parlamentario impuesto por el bipartidismo. Niegan la mayor, responsabilizando a esta pobre cucurbitácea de todos los males. Mientras, a los ciudadanos nos dan una y mil veces por donde amargan los susodichos.
No nos cansaremos de reivindicar las bondades del pepino, que si los españoles lo llevamos a América por algo bueno hubo de ser. Así que la primera medida que como concejal tomaré en Elda será solicitar al Ayuntamiento la asunción de la Proposición de Ley Orgánica de Principios y Medidas Contra la Corrupción y por la Transparencia en la Gestión Pública, que Rosa Díez presentó hace un mes en el Congreso.
El emperador Tiberio consumía grandes cantidades de pepino y, tal vez por ello, se convirtió en uno de los grandes generales de Roma, asentando las fronteras del Imperio frente a las tribus germánicas (no podía ser de otra manera) y poniendo a raya a los pueblos del Norte, que igual que hoy, provocan los principales quebraderos de cabeza a los productores de esta hortaliza. Es obvio, pues, que tomar pepino invita a adoptar decisiones políticas acertadas. No tomarlo te convierte en un brote de soja transgénica, que en el mundo vegetal es lo que más se parece a un político imputado.
Las invasiones de las tribus germánicas acabaron con el Imperio Romano, el único lugar del mundo donde se hacía política con mayúsculas, y así fue cómo la AleManía de unos bárbaros irresponsables provocó que el pepino no viera la luz hasta cientos de años después. El pepino quedose reducido a un pobre y pequeño encurtido dentro de un tarro, que es lo que hace la Ley Electoral con nuestro partido.
Pese a ello, los defensores del pepino somos tozudos, pues merced a los acontecimientos, ha pasado de ser el villano europeo al héroe nacional. Eso es precisamente lo que pasará con UPyD cuando nuestras propuestas sean debidamente conocidas en Elda y España. La web http://www.apadrinaunpepino.com/ (donde por un módico precio se puede apadrinar una caja directamente desde el productor), da muestra del auge que estamos tomando los partidarios del pepino y, por ende, los que defendemos que hay que acometer reformas profundas.
En Elda tenemos un concejal. Haber llegado es, sin duda alguna, un éxito. A la par, en toda España sólo hay un pueblo que se llama Pepino, en honor a un labrador que se llamaba Alonso Pepino. Está en la provincia de Toledo, cerca de Talavera de la Reina. Su código postal es 45.638. Este municipio algún día tendrá el esplendor que se merece, pero el desconocimiento que tenemos sobre su existencia ejemplifica lo difícil que es trasladar a la sociedad ciertas ideas. Por el contrario, en el mundo anglosajón hay decenas de referencias geográficas al cucumber, que es el primo inglés del pepino español. Resulta indiscutible que las democracias avanzadas incorporan sin ningún complejo aquellos postulados de otras ideologías que son buenos.
Así pues, adelanto que ni los pepinoides, ni los magentas, nos rendiremos. Fuimos valientes porque nos atrevimos. Luego triunfamos porque llegamos (la prueba es que estamos sentados en el salón de plenos del Ayuntamiento de Elda). Y seremos perseverantes hasta conseguir nuestro gran proyecto. ¡Larga vida a Pepinoni y Jamón!
César González,
Concejal de UPyD en Elda.
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